Este fin de se semana se ha celebrado en Marbella, el encuentro del voluntariado organizado por FEAPS en el albergue de inturjoven. Como ya escribí antes, soy voluntaria de Amara y me invitaron a asistir.
Llegamos el sábado por la mañana, todo el mundo llevaba la ilusión reflejada en sus caras. Nos dieron las llaves de nuestros dormitorios y comenzamos con la bienvenida. La primera conferencia fue impartida por Luchi Rodríguez sobre afectividad y sexualidad en las personas con discapacidad. Esta doctora, es madre de un niño que tiene síndrome de down y nos contaba como, bajo su experiencia y la de su asociación, había promovido que las personas con discapacidad tuvieran también su sexualidad, que aprendieran con su cuerpo. Puso ejemplos se´gun ella "reales como la vida misma" su hijo tuvo novia, y ella les permitía estar en su cuarto, con toda a intimidad del mundo...todo el mundo lo hace, todo el mundo se enamora, ¿Por que ellos no? ¿Ellos no tienen ese derecho?. Con esas preguntas lanzadas al aire comenzó el debate había representantes de asociaciones que explicaron que ellos si que lo permitirían pero que los padres no están nada de acuerdo con que sus hijos tengan un espacio de intimidad con otra persona y voluntarios/as que afirmaron que eso en su asociación no sería posible... Si van de vacaciones ¿Por que no puede dormir una pareja en el mismo cuarto, ?, ¿Por que hay asociaciones que no lo permiten? En todas las residencias, las socias están preparadas para no sufrir un embarazo no deseado pero ¿Saben por que se toman esa pastilla? ¿Alguien les habla de sexo?
Todas estas dudas surgieron en el tiempo de debate, y no fue difícil sacar una conclusión: La clave está en la educación. En una buena educación, en este caso particularmente, sexual.
Las personas con discapacidad pasan las mismas etapas que todo el mundo, de niños son niños, juegan se divierten, pintan, etc...De adolescentes tienen y deben ser adolescentes, y tienen que "desfogar" las hormonas que en ese periodo de vida están muy muy revueltas.
Me encanto esta mujer, su naturalidad y su forma de decir las cosas. Me hizo reflexionar y pensar que todos somos iguales, todos tenemos los mismo derechos y que hay que luchar por que las personas con discapacidad puedan llevar una vida lo " más normal posible" enamorandose, discutiendo con su pareja etc... Tienen las mismas necesidades que los demás ¿Porque no tienen las mismas opciones?
Llegó la tarde, y comenzó otra nueva sesión con un lema claro "Mujer y discapacidad una doble discriminación" a cargo de Elisa Florido Ortiz de
Parece que ya todos somos iguales, que no tenemos problemas por ser hombre o mujeres, pero no es así. Los datos que se presentaron eran claros, muchas menos mujeres que hombres con discapacidad trabajaban, más hombre iban a los clubs de ocio... ¿Donde están las mujeres? preguntaba... ¿No hay tantas mujeres con discapacidad? La respuesta yo nunca me la hubiera planteado. Cuando nacemos hombre o mujer, la sociedad nos condiciona para comportarnos de una o de otra manera. Yo pensaba que antiguamente las niñas con discapacidad se quedaban en casa, ya que no tenía otra opción mejor, ayudando a su madre en las labores del hogar. Pero que actualemte esto ya no pasaba. Por desgracia sigue pasando a las mujeres discapacitadas se les "prohíbe" de alguna manera tener una familia, y se las condiciona a tener que vivir toda la vida en casa de sus padres. Cuando estos son mayores ellas son las que se encargan de llevar la casa, del cuidado de sus padres e incluso del cuidado de sus sobrinos.¡¡ Ellas, que no podía tener una casa, y una familia acaba teniendo una más grande de lo esperado!!. Los padres mueren y ellas son internadas en un centro para adultos. Se quedan sin actividad, sin estar en su casa, no sabem hacer otra cosa que las labores domésticas...se ven muy sola...llegan las depresiones. ¿Se puede evitar esto? Vuelo a reiterarme en lo mismo, la única forma que veo es mediante la educación, tanto de esas mujeres para que encuentren un trabajo y se relacionen con los demás, como de esos padres para que abran la mente y no vean a su huja discapacitada como su pasaporte a una jubilación feliz y atendida por si hija, que nunca se irá de su lado.
Está claro que hay casos contrarios que los padres hasta que mueren están con sus hijos discapacitados, cuidandoles y ya que estos no se valen por ellos mismos.
Me encanto, me gusto muchísimo este encuentro. He aprendido miles de cosas nuevas y me da la sensación de que he madurado tanto como persona y como voluntaria.